Los ERP son software de gestión muy potentes, mucho más que un software de gestión que se dedica a facturar y contabilizar. En su día se crearon para las grandes empresas, YPF, Mercedes, BMW, etc.
Pero claro, se dan dos situaciones, por un lado empresas de ese calado hay muy pocas, o al menos no tantas como pymes y eso hace que haya un techo, un número finito de empresas. Por otro lado, una empresa cuando nace, suele organizarse de una manera muy determinada, “como puede” y esto suele perdurar en el tiempo hasta que la empresa alcanza su límite de crecimiento desorganizado. Es decir, con su actual sistema de organización, o sea, “como puede” ya no puede asumir más negocio. En esos momentos es cuando la empresa suele tomar la decisión de “profesionalizarse”, es decir, trabajar de una manera más profesional, dividiendo sus procesos en departamentos estructurados y generalmente lo hace apoyándose en un sistema ERP o en una certificación de calidad, suelen ser los dos detonantes más habituales.
Pues en estos casos, lo que nos ha dicho la evidencia es que las necesidades de gestión y control de los procesos de una pyme y de una gran empresa son los mismos, ambas necesitan que se automatice el control de su stock, conocerlo en tiempo real tanto en cantidad como en valoración, automatizar su facturación, la gestión de sus cobros, etc. Es aquí, cuando vemos que las necesidades son las mismas, cuando podemos agradecer esa democratización de los software ERP, ya que ahora son herramientas que son fundamentales para la profesionalización de la empresa y ahora su costo ya se ha democratizado y es accesible para casi cualquier empresa.
Si tenemos una empresa que ha llegado o está llegando a ese límite de crecimiento desorganizado, es el momento de pensar en profesionalizarse e invertir en un software ERP que nos llevará al próximo nivel de desarrollo.