En el mundo actual, donde la competencia es cada vez más intensa y los clientes más exigentes, las empresas deben tomar decisiones acertadas que les permitan optimizar sus recursos, mejorar sus procesos y satisfacer las necesidades del mercado. Para ello, es fundamental contar con información confiable, actualizada y relevante que facilite el análisis y la acción.
La toma de decisiones basada en datos se define como el uso de hechos, métricas y datos para guiar decisiones de negocios estratégicas que se alineen con las metas, los objetivos y las iniciativas de una organización. Este proceso tiene múltiples beneficios, tales como:
Objetividad: cuando las decisiones se basan en hechos y en datos cuantitativos, no están influenciadas por juicios subjetivos que pueden ser inexactos.
Eficacia: al tener información precisa y oportuna, se pueden identificar los problemas y las oportunidades con mayor claridad, y diseñar soluciones adecuadas para cada situación3.
Eficiencia: al reducir la incertidumbre y el margen de error, se pueden minimizar los costos y los riesgos asociados a las decisiones equivocadas.
Innovación: al contar con datos que revelen las tendencias del mercado y las preferencias de los clientes, se pueden generar ideas creativas y diferenciadoras que aporten valor añadido a la oferta de productos o servicios.
Sin embargo, para aprovechar al máximo el potencial de los datos, es necesario contar con herramientas que permitan recopilarlos, almacenarlos, procesarlos y visualizarlos de manera eficiente y segura. Es aquí donde entra en juego el papel de un software de gestión.
Un software de gestión es una aplicación informática que facilita la administración y el control de las diversas actividades que realiza la empresa tanto en la parte productiva, comercial, financiera, etc. por lo tanto la base de datos nos brinda información que es de utilidad en la toma de decisiones.
Algunas ventajas adicionales de implementar un software de gestión son:
Integración: al centralizar toda la información en una sola plataforma, se evita la duplicidad y la dispersión de los datos, y se facilita el acceso y el intercambio entre los diferentes departamentos o áreas funcionales.
Automatización: al simplificar y agilizar las tareas rutinarias o repetitivas, se ahorra tiempo y recursos humanos, y se mejora la calidad y la consistencia de los datos.
Análisis: al disponer de herramientas de informes e inteligencia de negocios (BI), se pueden generar reportes personalizados y gráficos interactivos que permitan visualizar los indicadores clave de rendimiento (KPI) de la empresa, identificar patrones y hacer predicciones.
Seguridad: al contar con sistemas de protección y respaldo de los datos, se evita su pérdida o sustracción por parte de agentes externos o internos no autorizados.
En conclusión, la toma de decisiones basada en datos es una medida para el éxito en la era digital, ya que permite a las empresas adaptarse al entorno cambiante y ofrecer soluciones eficientes e innovadoras a sus clientes. Para ello, es imprescindible contar con un software de gestión que facilite la recopilación, el almacenamiento, el procesamiento y la visualización de los datos.